jueves, 1 de septiembre de 2011

...Conociéndote en pedacitos


Intimo e interactivo.
Con los ojos de la oscuridad te siento recorrer cada centímetro de mi cuerpo.

Insinuante y sumergida en tus suspiros.
Quiero verte una vez más, no digas nada, déjame admirar tu silencio,

acariciarte con palabras y sentir que no estas lejos.

Ahora en la realidad, ven volando y compartamos el mismo sueño,

que yo te espero con los brazos abiertos, caminemos juntos hacia ese horizonte escondido,

donde la briza del mar sopla fuerte
y el calor de los dos
es nuestro único abrigo…

martes, 22 de marzo de 2011

Aquí...

Tengo ganas de invitarte a mi refugio, donde las hojas secas permanecen en el cielo y siento que se detiene el tiempo. Los rayos de luz atraviesan el parrón y el silencio se torna plácido por la noche. Me hago invisible, ¿o será que la gente no observa bien y no me ve? Puedo decir lo que quiera y no hay necesidad de gritar.

Tengo ganas de invitarte aquí, alumbra el sol y me quemo los piececitos, miro hacia mi lado y queda un lugarcito para ti. Es que no tengo la necesidad de alejarme para desaparecer, me pierdo bajo la sombra, tomando un vasito de agua con dos hielos, escuchando a Barría y fumando un pitito, sólo te imagino a mi lado, cabemos los dos… en mi refugio.

jueves, 24 de febrero de 2011

Enredada en melodías.-


En mis sueños vi una guitarra
Que cantaba con un piano y una flor se pronunciaba
Vi un sol que me miraba
Esperando una palabra con tristeza en la mirada

Y luego te vi, parecías un ángel
Con flores en el pelo y tus ojos en detalle
Y luego te vi transformada en una flor
Cantando en silencio esperando que el sol
Vuelva a ti.

En mi sueño estaba yo
Enredado en melodías improvisando una canción
Hasta que por fin floreció
Nuestro amor entrelazado cantando a una vos

Y luego te vi, parecías un ángel
Con flores en el pelo
Y tus ojos en detalle
Y luego te vi transformada en una flor
Cantando en silencio esperando que el sol

Vuelva a ti...

En mis sueños - José Miguel Gutierrez

viernes, 7 de enero de 2011

Suavecito. Verde y ligero. Contágiame de tu alegre enfermed. Te quiero.


Desorden, delirios y días absurdos. Noches y sueños vacíos. Voy y vuelvo, paso por todos los lugares, creo parajes teñidos de un verde cielo, controversia de ideas. Ningún lugar. Despierto. Miro hacia afuera, y por momentos no se oye nada, sólo el movimiento de los árboles, tras un estallido de rumores pesados, de granizos cálidos y ahora la calma. Respiro profundo y olvido. Pasa desapercibida la vida, enajenada y callada. Suave sensación de no saber qué es, ligeramente cálida atracción de una enfermedad contagiosa. Se asemeja al final, ansias de ti…