Esto es extraño.
Contigo. Todos esos momentos. Cuando quería estar sola y parece que entendías lo contrario, más bien me arrastrabas al sufrimiento compartido con abrazos y palabras que me hacían sentir mejor. Tú. Cuando no quería ser yo, y no lo era, arrogante, embriagada de indiferencia. Fuiste mi razón dentro de mi inconsecuencia inconsciente, hasta que desperté. A menudo pienso en ti, y pienso en que te conozco y no te conozco. Y ahora faltas para darme el empujón para hablarte, porque simplemente no me hablas y no entiendo nada.
Qué puedo decir, ella es mi amiga y no es más que una extraña.
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