Es un comienzo de algo irónico
que ya termina. Halo de incertidumbres que me rodean constantemente. Estoy en
la cima.
Supongo que todo siempre se
puede arreglar cuando estás al límite de derramar una lágrima. Es más cuando
aún estás por hacer brillar esos ojos “de vidrio”. Independiente sea el color.
A veces hasta una persona
ciega puede ver las cosas más evidentes y no dejarse llevar por banalidades,
por impulsos, si es eso solamente lo que se siente. Todo lo que parece un sueño
es bueno, pero no es real, así que es mejor detenerse ahora, y escapar.
Esto es sólo un maldito e
incesante viaje, no tanto hacia un destino, sino hacia una transformación. Y
cuando suelo mirar hacia atrás, caigo en la conclusión de porqué desperdicié
tanto tiempo, y en el presente, sin embargo, cuesta percatarse cuando los
mejores momentos llegan, porque ésos son difíciles. Quizás aceptar.
La metamorfosis es siempre
complicada, no termina cuando creemos que terminará. Es un constante cambio,
pero se trata simplemente de creer, crecer e intentarlo. Esa es la mejor parte
del viaje, en ocasiones podemos hacerlo posible.
Y tanto creo en ti…