¿Y Ahora qué puedes hacer? Después de tanto descontrol concentrado sólo en actos descontrolados. ¿Cómo resucitar esa vida que antes te gustaba tanto? Radiante, alucinando con cosas simples. Inocente. Acostumbro a escaparme hacia la nada, al horizonte de mis sueños y veo soluciones aferradas a la infelicidad, quiero ayudarte pero un rotundo no escapa de tu boca. Tiemblo de sudor de develar la verdad, nebulosa, desespero, mis labios están impacientes y me resisto a creer. Ahora, una vez más somos dos, somos dos frente a frente en el mismo camino. Mi cuerpo no responde, no me puedo ver, aquí, así, en este velo de estrechos abismantes. Confusión. Sólo son hechos que ocurren en el momento y lugar equivocado. La suerte no existe, sólo te queda un milagro…
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