domingo, 16 de mayo de 2010

Cuando las sutilezas mueren

Constantemente sintiéndote, viviendo en el apego. Nunca quise aceptar nuestra derrota, como seres nos limitamos. Fuimos dos en completa comunión. Que difícil es aceptar la finitud. En el fondo, tan frágiles. En la oscuridad más profunda buscando seguridad en la necesidad de un otro, nos creamos una historia buscando seguridad. Nos creamos una historia, un oasis de esperanza. El tiempo pasa y no cura nada. Ciegos, en un error, sangrando entregándonos al dolor permanecimos atados a una ilusión. Un escape a la inseguridad, el recuerdo es un martirio. Nuestra profunda ignorancia, razón de nuestro desconsuelo...